jueves, noviembre 10

A la perfecta desconocida (II)

Entre las mareas indignadas
nos miramos un instante eterno
los ojos flamantes de ella
encendidos por la misma causa bella
el poderoso levante
que mueve las olas de estudiantes.

Y tembló el congreso por mientras
en sus sitiales tiritaban los traidores
todo eso sucedía en el tiempo
que las banderas y los lienzos
permitían nuestras miradas encontradas

Eso fue todo, y así fue de intenso
un temblor de tierra
un resoplar de fiera
un avión a pique
escribir un verso
lo instantáneo es más hermoso
que la inamovilidad del universo

Como un pájaro piedra que vuela desde sus manos
se eleva sobre consignas y guanaco, traza un arco desesperado
y en la cabeza del eunuco de verde hace nido
así es el amor de los desconocidos
en las marchas.

1 comentario:

  1. Pedazo de texto, señor inmortal. El amor nace en cada causa, allí cuando el odio es enemigo.

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