que el sueño me doble las rodillas
que el vuelo me crezca las orejas
la rabia me esculpirá las arrugas
cambiaré mis travesías de sábanas
por una sabana para recorrer
guardaré cada rostro sin usar retratos
anotaré con infinita elefantez
cada detalle en una grieta
y de ahí no salen más
cada recuerdo un parpadeo
escrito en la tierra seca.
Inmediatamente, ahora
quiero esa lentitud inmensa
un regalo eterno en el misterio de mis ojos
tomar una pausa magnífica
en medio del abrevadero
pacer con una hembra estoica
que sacuda con sus pasos el terreno
intentar contar los días
hasta perder la cuenta
hasta cerrar los ojos
caminaré más despacio que las décadas
y no serán sus hijos
capaces de doblegarme.
Seré el más lento
inmediatamente
soy el más lento
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