Como una bestia acecha
insomne y pesada entre las tapas
con dos caras recortadas
una ve todo
la otra no admite ver nada
la semilla negra brota enredadera
amordazando lenguas y palabras
y flora indiferencia azumagada
Su derrota es la entrega
su triunfo la retirada
la complacencia del silencio le alimenta
y aquí nadie se atreve a desplantarla
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